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martes, 24 de julio de 2012

Una voz unificada para la industria y una voz individual para las farmacias

En los más de 30 años que lleva en el mundo de la farmacia y otros tantos en el de la distribución farmacéutica, Miguel Reviejo, presidente del Grupo Edifa y de la cooperativa gallega Cofaga, ha cubierto diferentes cargos, desde la secretaría a la presidencia, que ocupa desde 1999 en Cofaga y desde 2005 en el Grupo Edifa. Así, combina su trabajo en la farmacia con sus responsabilidades como presidente“gracias a una buena organización y a contar con buenos recursos humanos, muy buena gente que está a tu lado en los puestos de dirección resolviendo asuntos importantes, informa IM Farmacias.

Nosotros servimos para representar a las sociedades, pero los que de verdad trabajan día a día son los que están sacando las castañas del fuego”. Por ello considera que, ante la actual situación, solo cabe capear el temporal como mejor se pueda y con visión de futuro. “Como todo el mundo que tiene una empresa, en esta época las cosas se ven difíciles. En la distribución lo que tenemos que hacer es mirar hacia adelante. El mercado te obliga a hacer una reestructuración del sector, que nosotros ya estamos llevando a cabo, y pasa, en el caso de Edifa, por conseguir que las 15 empresas empiecen a funcionar en una misma línea y con recursos compartidos”. Un momento en el que la distribución pasa por una situación complicada y que Miguel Reviejo opina que va más allá de la importancia conceptual:“en este momento la forma de organización es lo de menos, lo importante es funcionar bien, que seas ágil, rápido, que des nuevas ideas y seas capaz de responder a las necesidades de industria, farmacéuticos y Administración. Si no cumples estos requisitos el mercado no va a tener piedad contigo”.

Y aunque reconoce que las medidas tomadas para controlar el gasto farmacéutico son necesarias, “el gasto es elevado, en comparación con otros países la sanidad aquí es barata. La administración tiene la obligación de controlar el gasto, así que las medidas que están tomando ahora me parecen necesarias”, si subraya que la manera de ejecutar y planificar estas reducciones del gasto no se ha hecho de la manera adecuada. “El problema es que detrás de todo esto hay una lucha política de intereses. Lo que yo cuestiono de la situación de control de gasto y reales decretos es la inestabilidad que le da al sector. Con un solo decreto en 2010 pactado, se hubiese hecho lo mismo y no nos hubiesen vuelto locos. Los profesionales no podemos estar en medio de una lucha política donde se quieren conseguir votos, porque el sector se vuelve inestable”.

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